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El Puente de la Siberia

Presentación de la ACSiberianos

La 1ª Transiberiana

sábado, 30 de junio de 2012

Salida del 29/06/2012: Nocturna, El Puig Madrona, por el Infierno

Los integrantes de esta salida 
nocturna en el Puig Madrona

Trayecto 426
29/06/2012

Nocturna: El Puig Madrona
Por la pista del Infierno

Duración: desde las 21:00 a las 23:00 horas
Climatología: noche bochornosa; calor
Terreno: en perfectas condiciones

Grupo:

 Los partipantes en esta etapa: Javier, Jorge, José Ángel, Juanba y Salvador

Incidencias:

Ni una, salvo una pequeña caída de Salvador, un servidor, al engancharse la bici con la de Javier en una pista ancha; sin importancia; en esta etapa al final nos hemos encontrado un montón de gente a la hora de zamparnos el rabo, habiéndose presentado allí por distintos motivos; José, Manel, Sergi, Víctor y Miguel (ón), con ropa de calle, sin haber participado en ninguna salida; los zapos Pepe y José Antonio que habían realizado por su cuenta otra salida nocturna; y Javier, Jorge, José Ángel, Juanba y un servidor, que hemos sido los únicos que hemos participado en la salida nocturna que estaba programada oficialmente para hoy; la salida ha tenido su encanto ya que, a excepción de Javier, los demás no conocíamos el acceso al Puig Madrona a través del Infierno, conocido Puticlub de El Papiol; que conste que Javier tampoco lo conocía por haber visitado el Infierno, sino por haber realizado la ruta con anterioridad en compañía de los Dragones de Molins de Biker; ¿ehh?; hemos llevado durante todo el recorrido un bochorno como nunca; chorreábamos de sudor; la otra novedad de esta salida es que hemos accedido a la pista principal trasera del Puig Madrona a través del cementerio de Roques Blanques que, aunque parezca mentira, es perfectamente accesible al menos en una parte, con lo cual hemos estado pedaleando entre lápidas y panteones; incluso nos hemos hecho unas fotos, que finalmente no vamos a publicar para no llamar a un mal fario; precisamente en la pista novedosa que transcurre casi en constante subida desde el Infierno hasta el cementerio de Roques Blanques ha sido donde en un momento dado se han enganchado las bicis de Javier y la de un servidor; una vez en el Puig Madrona no sabíamos muy bien cómo continuar, ya que debíamos llegar al frankfurt de la Estación justo a las 23:00 horas, en donde habiamos quedado con Miguel (ón) y por eso hemos dado un bonito rodeo con tal de ganarnos un poco los rabos, subiendo la pista que va desde Valldoreix hasta las Escletxes y regresando a Molins exactamente a las 23:00 horas, presentándose Miguel (ón) unos minutos después; la sorpresa ha sido encontrarnos con tantas caras conocidas en el frankfurt.

En el frankfurt de la Estación 
degustando maravillosos rabos

Datos técnicos:

La etapa ha resultado ser bastante distraída y novedosa en algunos tramos; la hemos empezado dirigiéndonos a El Papiol por la carretera de Caldes, continuando por la zona de la estación de la RENFE hasta llegar al puticlub El Infierno, en donde hemos girado a la derecha para tomar una pista ancha en constante subida por la que hemos accedido al Cementerio de Roques Blanques en plena Serra de las Roques Blanques, enlanzando seguidamente con la pista principal de acceso al Puig Madrona por la vertiente trasera; tras recrearnos con la estupendas vistas desde la cima hemos continuado con dirección a Valdoreix, llegando a través del sendero en bajada Can Montmany, subiendo a continuación la pista que conduce a las Escletxes, y llegando poco después al Collet de Batllivell (la boca de riego), desde donde nos hemos dirigido a la Riarada través de la pista en bajada que finaliza en el restaurante de Can Castellví (las 3 Ollas); en la Rierada, un poco antes de llegar al Polígono Industrial de Can Bruta, hemos tomado el sendero acostumbrado que finaliza en la Granja, con lo cual hemos terminado esta entretenida salida nocturna. 

La orografía de la etapa

La etapa no tiene bnada que sea complicado, a excepción hecha de la pista de subida que encontramos en las proximidades de El Infierno y que finalize en el cementerio de Roques Blanques, así como la pista de subida entre Valldoreix y las Escletxes.

El recorrido de la etapa


Índice I.B.P. 45 (normal)

domingo, 24 de junio de 2012

23/06/2012: La Quebrantahuesos

La Quebrantahuesos: logotipo

 
Trayecto 424
23/06/2012

La Quebrantahuesos
XXII Edición

Grupo:

  Aquí tenemos a los Siberianos y allegados
que habíamos quedado para hacer la etapa,
pese a que al final no nos hemos visto:
César, Salmerón, Juanmaiden y Salvador


La crónica,
por Salvador

Dedicatoria:

 Con permiso; le vamos a dedicar esta cursa a nuestro muy querido amigo JUAN “EL HIERRO”, a quien parece ser que el destino hasta ahora no le ha permitido asistir, como es su deseo, a la Quebrantahuesos; si hace dos años, ya tuvo que desistir después de casi haber terminado su largo entrenamiento debido a una caída con la bici de BTT, este año ha debido aplazar su participación una vez más, después de haberse inscrito y reservado alojamiento, como consecuencia de unos problemas cardio-respiratorios (angina de esfuerzo), pese a que finalmente ha sido descartado, lo cual celebramos; el próximo año será, Juan.

Va por tí, amigo

  I. El prólogo:

 Ya ha terminado todo; hoy he podido comprobar que la Quebrantahuesos, tal y como me habían anunciado, era algo especial; frente a ella no podemos referirnos a aquello que hemos dicho tantas y tantas veces después de participar en otras pedaladas: “No era para tanto”; en este caso sí que era para tanto … y más; tanta gente no podía equivocarse y efectivamente no se han equivocado; casi todos los que hemos participado hemos tenido que pagar un costoso tributo; hemos tenido que pasar horas y horas sin más compañía que nuestras queridas “flacas”; solo éllas han sido testigos del sufrimiento al que nos hemos tenido que someter para alcanzar un meritorio estado de forma que nos permitiera simplemente poder participar en una cursa así; atrás han quedado ya nuestras salidas en solitario; atrás han quedado las mil y una excusas que hemos tenido que dar a nuestras santas para poder continuar con nuestro entreno, hurtando infinidad de horas a nuestra familia y a nuestro descanso; atrás han quedado ya los miles de kilómetros que hemos tenido que realizar para acudir a esta gran cita con un mínimo de garantías; también han quedado por fin atrás los dolores musculares que nos han venido atormentando sin ninguna consideración durante estos últimos meses; ahora que todo ha terminado, solo nos queda preguntarnos una cosa: ¿valía la pena?; y la respuesta no puede ser otra que sí … ha valido la pena; después de esto nos hemos dado cuenta, aunque muchos ya lo sabíamos, de que el ciclismo es un deporte que exige mucho, pero que te lo da todo; muy pocas cosas podrían siquiera compararse a la satisfacción de ganar una sola etapa en una de las grandes; imaginaros como deberá sentirse el vencedor absoluto; salvando las distancias, esa misma sensación podemos trasladarla a la Quebrantahuesos; ni siquiera hace falta conseguir un buen tiempo, ni por supuesto ganar, faltaría más; a nosotros, a la mayoría de nosotros, nos bastaba con terminar; las sensaciones que uno va experimentando desde la salida hasta la finalización, con tanta y tanta gente animando y aplaudiendo, son sencillamente inimaginables; incomparables; pero la mayor satisfacción es que todos nosotros, sin excepción alguna, y aunque tan solo haya sido por una horas, nos hemos sentido … ciclistas.

 En mi caso, al igual que seguro que ha ocurrido con casi todos, a los 205 km de que constaba el duro recorrido de la Quebrantahuesos, hemos de sumar casi 6.000 km más que he realizado desde el día 1 de enero, fecha en la que comenzó mi cuenta atrás; ese día empecé a prepararla; ahora me arrepiento de no haber podido seguir escrupulosamente el entreno previsto en el libro “Planifica tus Pedaladas”, de Chema Arguedes; de haberlo hecho … no, mejor no pensar en ello; sea como fuere lo cierto es que desde el día 1 de enero por lo menos mis salidas han sido constantes, aunque haya descuidado un tanto la cadencia y la frecuencia cardíaca al principio, o las series de potenciación al final, tal y como nos recomienda nuestro amigo Chema en su conocido libro; para poder seguir sus sabios consejos uno tiene que estar muy mentalizado y, sobre todo, contar con tiempo; en mi caso me faltaban ambas cosas, y por eso básicamente me he conformado con seguir los no menos sabios consejos de nuestro Maestro Joder Dale Alos Pedales, que todo buen Siberiano conoce, y que con gran sabiduría nos dejó escrito: “El ciclismo solo tiene tres secretos: salir, salir y salir”; cuánta razón tenía.

 Al principio, cuando comencé mi entrenamiento (si podemos llamarlo así), tan solo tenía una meta: alcanzar el nivel necesario para poder terminar la Quebrantahuesos; pero a medida que el tiempo iba transcurriendo y mejoraba mi estado de forma, comenzó a anidar en mi cerebro otra meta mucho más ambiciosa: ¿sería capaz de terminar en menos de 8 horas y 10 minutos y conseguir así el diploma de oro?; solo era un sueño, un anhelo, una quimera … pero poco a poco me fui percatando con gran satisfacción de que la mejora de mis registros era inversamente proporcional a mi fatiga; dicho de otra forma: cada vez me costaba menos conseguir buenos resultados; de hecho este fue el único secreto que me he guardado para mí durante los meses que ha durado mi preparación; nadie más lo sabía; tan solo mi “flaca”, a la cual, como es lógico, no puedo engañar;  cada vez veía mas cercano mi propósito y por eso, me tracé un plan: debía conseguir una media de 25 km/h para poder entrar en meta en tiempo de oro, es decir, menos de 8 horas y 10 minutos, que es el límite máximo impuesto por la organización en función de mi edad, 52 años; examinando el perfil de la etapa enseguida me di cuenta de que constaba de 3 tramos perfectamente diferenciados: el primero, desde la salida hasta el comienzo del Marie Blanque, de unos 90 km; este primer tramo, al menos sobre el papel, se me antojaba muy asequible; sólo había que contar con la subida al Somport, unos 25 km prácticamente sin descanso, pero no excesivamente duros; el resto, o bien eran llanos o bajadas; mi plan en este primer tramo, contrariamente a lo que se aconsejaba, era forzar la máquina al máximo, sin reservas, y conseguir llegar a pie del Marie Blanque con una media superior a los 30 km/h; sí, puede que parezca algo descabellado, pero había que intentarlo ya que en las ascensiones al propio Marie Blanque y al Portalet era más que seguro que bajaría considerablemente la media; el segundo tramo constaba de unos 60 infernales km, en los cuales tendríamos que subir el Marie Blanque y el Portalet, contando con tan solo unos 10 km de bajada del Marie Blanque; si quería conseguir el oro, en este tramo, el más duro de los tres, debería bajar la velocidad media no más allá de los 20 km/h; ¡casi nada!; esto podría ser una garantía más que suficiente, aunque lógicamente no iba a ser fácil; y el tercer tramo, de otros escasos 60 km, desde la cima del Portalet hasta la meta, contando con tan solo una única dificultad: El Hoz de Jaca, un puerto de poco más de 2 km pero con unas rampas superiores al 15% que seguro que me haría perder mucho tiempo; el resto del terreno era ya muy llevadero y propiciatorio, en teoría, para subir la velocidad media hasta los 25 km/h y conseguir así entrar en meta en menos de 8 horas y 10 minutos. Tan solo debería tener presente dos hándicaps: uno, que el tiempo de las paradas en los avituallamientos contaba, por lo que si no quería que la velocidad media bajara demasiado, las paradas debía limitarlas a unos minutos, con lo cual debería hidratarme y alimentarme subido en la “flaca”; y dos, el cansancio que inexorablemente se iría incrementando a medida que transcurrieran los kilómetros.

 Como veis, lo tenía todo calculado; y por fin llegó el día 23 de junio; “si, joder, empieza ya con la crónica, que si nó, nos vas a tener aquí más de una semana”; allá voy, allá voy, no te impacientes, hombre …

 II. Los prolegómenos:

 … Y llegó el día 23/06; en mi caso, como casi todos, llegué a Sabiñánigo el día anterior bastante entrada la tarde; mi intención era llegar a primera hora de la mañana, pero obligaciones laborales me lo impidieron; casi solo tuve tiempo de ir hasta el pabellón a recoger la bolsa con el dorsal y el maillot y marcharme para el hotel en Jaca, a unos 18 km de Sabiñánigo, el lugar de salida.





Un servidor, poco tiempo después de llegar 
a Sabiñanigo; la calor era insoportable

Me estuve planteando seriamente ir en bici desde el mismo hotel hasta la salida el día de la cursa para evitar posibles atascos, aunque finalmente decidí llevarme el coche, lo que conllevaba que debía levantarme a las 4:00 de la madrugada con la intención de preparar las cosas, desayunar y salir para Sabiñánigo, como mucho a las 5:30 horas; pues bien, esto fue lo que hice, con el hándicap de que la noche anterior, debido a los nervios no pude dormir ni siquiera una hora; pero eso parece ser que no le importó demasiado al despertador, ya que el cabroncete a las 4:00 de la madrugada hizo su trabajo; tenía el tiempo justo para ducharme, preparar las cosas y despedirme de mi santa, que, como siempre, me dio un impagable consejo: “no corras”, aunque esta vez, claro está, no le hice ningún caso; a las 5:00 horas bajé al restaurante del hotel, en donde comí lo que pude, o mejor dicho, lo que me dejaron los nervios, que no fue demasiado.

 En la puerta del hotel poco después 
de las 5:00 horas de la madrudaga

Y a las 5:15 salí para Sabiñánigo; ni que decir tiene que a esas horas no encontré ningún atasco, teniendo incluso tiempo de buscar un buen aparcamiento; mucho antes de las 6:00 horas ya estaba encima de mi flaca esperando la salida, cada vez más nervioso; muy pronto empezaron a llegar los demás: uno, dos, tres, … y así hasta ¡¡¡9.698!!! participantes entre la Quebrantahuesos y la Treparriscos; estuve llamando a los demás, pero con el gentío que había era totalmente imposible que alguien oyera el móvil; tan sólo pude contactar con César, pero ni por esas pudimos vernos antes de la salida para haber podido empezar juntos, como hubiera sido lo deseable; fue imposible. “Oiga, oiga, ha oído hablar de la Marm …”; espérate hombre, deja que termine la crónica.


 En el hotel, con el maillot de la
Quebrantahuesos recién estrenado


César con su hija Alba en la foto de arriba,
y con Chema Argueda en la de abajo


 Matando el tiempo como se puede; en la 
foto  de abajo comprobando la inscripción


  III. La etapa:





En Sabiñánigo el día de la salida, antes de las 6:00 
horas,  y casi a punto de salir en las fotos de abajo

A las 7:30 horas dieron la salida; era impresionante, aunque el ritmo no era tan elevado como el que nos encontramos en la Terra de Remenses que disputamos hacía unas semanas; o el menos a mí no me lo parecía: se ve que la mayoría de la gente sabía perfectamente en donde se estaba metiendo; tras callejear durante un buen rato por Sabiñánigo, enseguida nos dirigimos hacia Jaca por la autovía A-23, que la organización había tenido la deferencia de conseguir que se cortara al tráfico para facilitar nuestra marcha; parecíamos ciclistas profesionales; helicópteros, coches y motos de la Guardia Civil, ambulancias, coches de asistencia, … en fin, de todo; en Jaca se nos presentaba a priori la primera dificultad del día: el puerto de Somport (distancia: 28,2 km, desnivel: 822 m, porcentaje medio: 2,9%; altitud 1.640 m), ya que es aquí donde oficialmente comienza el puerto en esta vertiente; la verdad es que me alegré mucho, ya que como inicialmente había previsto, se trataba de un puerto muy tendido, sin ninguna dificultad … al menos de momento; no había necesidad de quitar el plato grande, así que la velocidad media prevista era superior a los 30 km/h, sin ninguna dificultad; lo malo empezó poco antes de llegar a Candanchú, así como después, en donde tuvimos que soportar 3-5 largos kilómetros, algunos con un desnivel medio del 9%, que podían aguarnos la fiesta; sin embargo llegamos a la cima bien; la bajada, ya en territorio francés, estaba servida; y el peligro también; es curioso cómo cambia la temperatura en los Pirineos. “Oiga, es que la Marmot…”; oye, me quieres dejar que termine esta crónica; joder, que tío más pesado.

 Si hasta la cima del Somport habíamos llevado un tiempo soleado, incluso con algo de calor, en la bajada, es decir, en la vertiente francesa, era todo lo contrario; aparte de interminables curvas seguidas a izquierda-derecha, nos encontramos con un asfalto viejo y húmedo debido a las nubes bajas, además de una temperatura bastante fría; una vez en la primera localidad que encontramos (Urdós), tras bajar los Pirineos, pudimos respirar tranquilos en una carretera ancha perfectamente asfaltada, con el tráfico cortado y en constante bajada, alcanzando velocidades superiores a los 70 km/h; poco a poco el tiempo mejoraba, llevando siempre un terreno favorable, con tendencia a bajar, hasta llegar a la localidad de Escot, en donde oficialmente comienza el Col de Marie Blanque (distancia: 10 km, desnivel: 715 m, porcentaje medio: 7,15%, altitud: 1035 m); la subida del Marie Blanque, al igual que ocurre con el Somport, se hace engañosa al principio, ya que durante los primeros 6 km es muy suave; es a partir de aquí en donde encontramos, ya sin descanso alguno, un porcentaje medio superior al 11% hasta la cima, con picos del 16%; 5 km. con tal porcentaje se hacen notar; yo me encontraba bien; sabía que la malo de este puerto estaba al final, y por eso fui reservando; un poco antes de iniciar el ascenso tuve la única incidencia, parando a apretar los tornillos de la cala izquierda que, no sé por qué, se habían aflojado; aproveché para aliviar la vejiga y comer y beber un poco; pese a lo que había oído y leído sobre el Marie Blanque, no se me hizo duro; el tiempo nos venía acompañando; incluso hacía calor; mucho calor; después de coronar, sin grandes agobios, comenzamos la bajada del puerto durante aproximadamente unos 10 km por una buena carretera, lo cual me permitía seguir conservando la velocidad media de 25 km/h que me había propuesto; lo malo estaba por llegar; al cabo de poco tiempo llegamos a la localidad de Laruns, que es donde oficialmente comienza el Col del Portalet (distancia: 28,7 km, desnivel: 1.279 m, porcentaje medio: 4,46%, altitud: 1.794 m); sabía perfectamente que éste era el punto clave para terminar bien la Quebrantahuesos; sabía que si bien era un puerto muy tendido, con porcentajes muy bajos, su larguísima distancia nos podría hacer pagar una costosa factura; pero al parecer eso no me ha bastado y he caído en la trampa; durante los primeros kilómetros  del Portalet, en donde las rampas rara vez sobrepasaban el 5%, llevé en todo momento un ritmo alegre, con el plato puesto, comprobando incrédulo cómo la velocidad media que llevaba hasta aquí era de unos estupendos 28 km/h, que no bajaban ni queriendo; pensaba que había conseguido mi propósito, ya que el puerto no ofrecía ninguna dificultad; pero mira por dónde que de repente vi aproximarse una sombra, que se me puso a mi altura; no sabía muy bien qué era; y lo que es más extraño aún, no veía a nadie a mi alrededor; no sé cómo, pero el caso es que al cabo de unos metros pude comprobar que no era capaz de seguir pedaleando con el desarrollo que llevaba; enseguida empecé a subir piñones como loco, pero no había forma; entonces lo comprendí todo: me había visitado el “hombre del mazo”; yo pensaba que esto era un cuento chino que se le contaba a los niños para que se durmieran pronto, pero no; es tan auténtico como la vida misma; en un momento dado, incluso, en mi imaginación, pude verle la cara; ¡¡¡joder, que feo era!!!; pero eso era lo que menos me importaba; lo que más miedo me daba no era su cara, sino la cachiporra que llevaba en la mano, con la que iba soltando mamporros a diestro y siniestro; a mí me acertó unas cuántas veces; finalmente no tuve más remedio que poner el piñón más grande (creo que es el 27), y aún así no podía con mi alma; la sensación era inimaginable; las pulsaciones no me subían de 135-140 ppm, pero, en cambio, las piernas me pesaban como las de un elefante; en este sufrimiento me fue pasando “todo quisqui”; mi velocidad media bajó hasta los 21 km/h; lo había perdido todo; mi única meta fue entonces poder terminar; tuve la tentación de poner pie en tierra, pero no lo hice; en el Portalet suele concentrarse mucha gente animándonos; yo prácticamente no veía a nadie, pero sí que podía oír sus gritos de ánimo; puede que eso fuera lo que evitó que pusiera pie en tierra; no sé cómo, pero finalmente pude llegar a la cima; eso sí, aguantando con resignación los cachiporrazos que el “hombre del mazo” me iba pegando en el cogote; ¡¡¡hijo de puta!”!!; una vez llegué a la cima, me paré; estuve bastantes minutos intentando recuperar las piernas, que me temblaban como si fueran de gelatina; bebí y comí todo lo que pude y seguí adelante; seguramente Dios hizo un milagro, ya que al poco tiempo, en la bajada del Portalet, nuevamente en territorio español, empecé a recuperarme; incluso en algún momento de la trepidante bajada, le grité a nuestro infame amigo: “cógeme ahora, cabrón”; tenía por delante unos 20-25 km, en los que predominaba la bajada, aunque también algún falso llano, hasta llegar al pie del Hoz de Jaca (distancia: 2,29 km, desnivel: 183 m, porcentaje medio: 7,98%, altitud: 1.272 m); antes de empezar a subir, había podido comprobar que volvía a sentirme muy bien; la velocidad media iba subiendo, aunque no al ritmo que yo quería; el Hoz de Jaca también se me hizo pesado y largo, aunque en este caso debido a que se encontraba a unos 160 km de la línea de salida, por lo que era lógico; sin embargo lo subí bien, sobre un asfalto viejo y una carretera estrecha, sombreada, que tenía su encanto; las vistas sobre el Embalse del Búbal quitaban el hipo; tras coronar, comenzamos una bajada muy peligrosa debido al mal estado y peraltado de las curvas; más de uno acabó por los suelos, aunque, según parece, sin consecuencias fatales; me quedaban unos 25-30 km de sube y bajas o falsos llanos; mi velocidad media era de poco más de 22 km/h, por lo que estuve a punto de desistir; tuve suerte de que me pasara un grupo numerosos de unas 20-25 unidades, a los que me pegué como una lapa, y en el cual íbamos colaborando casi todos, dándonos relevos; incluido yo mismo; me sentía bien, y eso que la velocidad que llevábamos era impresionante; mi media iba subiendo sin remedio; divisamos a lo lejos otro grupo de otras 20-25 unidades y alguien dijo que fuéramos a por ellos, con lo cual incrementamos aún más nuestra velocidad; nuestro grupo se fracturó, y tan solo quedamos aproximadamente la mitad, yo entre ellos; nos pusimos a tirar como posesos y pasada la localidad de Biescas los atrapamos; llevábamos una velocidad superior a los 40 km/h y mi media había subido hasta casi los 25 km/h; sentía que lo había conseguido; y así fue; al cabo de poco comenzamos ya a ver los carteles de Sabiñánigo; finalmente entré en meta en un tiempo de 7:54:43; me habían sobrado más de 15 minutos para entrar dentro de tiempo de Oro, a una velocidad media de 25,9 km/h; como decía al principio, el ciclismo es un deporte que te exige mucho, pero que te lo da todo; muchas gracias. “Muy bien, pero yo quería decir que la Marmotte es…”; tú eres tonto o qué; me quieres dejar que termine mi crónica, pesao.



 Aquí tenemos a César y a su hija Alba,
minutos después de llegar a la meta


César y un servidor en el pabellón,
tras haber finalizado la prueba


Aquí estoy intentando recuperar las
fuerzas después del palizón
  
 IV. Conclusiones:

 Ya está todo dicho; poca cosa más podemos añadir; la Quebrantahuesos es una marcha cicloturista un tanto especial; salvo que tengamos un muy buen nivel, nos ya a exigir una preparación previa de al menos 2 o 3 meses, en los cuales tenemos que poner mucho hincapié en la cadencia, vigilando la frecuencia cardíaca, con la intención de coger un buen fondo; Chema Arguedas en su libro “Planifica tus pedaladas” lo explica muy bien; por lo demás, indicar que nos enfrentamos a más de 200 km, con 4 impresionantes puertos; algunos de ellos son míticos en el Tour de Francia, como el Marie Blanque y el Portalet, otros en la Vuelta a España como el propio Portalet por la vertiente española o el Somport; hay que saber en todo momento en donde estamos y, sobre todo, lo que nos queda; la clave para mí, como ya sabíamos, está en el Portalet, al tratarse de un puerto de casi 30 km que te ponen en tu sitio, sobre todo si no has llegado hasta él con un mínimo de preparación y reserva; se hace eterno; pero todo el sufrimiento que hayamos podido tener no puede compararse al grado de satisfacción que alcanzamos al llegar a la meta.

 “Ya, ya … pero es que la Marmotte”; bueno ya está bien; ¿qué demonios es eso de la Marmota?; ¿te refieres a la película “Atrapado en el Tiempo” en donde se presagia el tiempo que va a hacer en Pensacola durante el “Día de la Marmota” o qué?; “No, hombre, no; la Mormotte es una marcha cicloturista parecida a la Quebrantahuesos, aunque más dura, con 5.000 m de altitud acumulada que transcurre en los Alpes franceses, subiendo los puertos del Glandon, Telegraph, Galibier y Alpe d’Huez?; ¡¡¡Coño!!!, ¿y cuándo has dicho que se disputa?; “Normalmente es el primer sábado de julio”; Uhmm, ya veremos, ya veremos … aún queda mucho.

Resultado

La crónica,
por César

A diferencia de mis compañeros yo ya sabia a que me enfrentaba  por lo que mi entrenamiento para esta prueba fue dirigido ha realizar un buen fondo y cadencia; vuelvo a dar las gracias a mi familia ya que aparte de su apoyo me acompañan siempre que pueden y comparten a su medida esta afición.

Bien el día 23 llegamos a Sabiñanigo con tiempo para poder comer en hotel mi casa en el que tantas veces durante la mili he ido a cambiarme de ropa, tras una suculenta comida nos dirigimos a Biescas que es donde tenia este año el hotel, el desayuno era a las 5 de la mañana baje sobre las 5:30 horas desayune y después de acabar de prepararme coji mi flaca y me dirigí hacia Sabiñanigo tranquilamente sin prisas hacia fresquito pero todo presagiaba que haria una buena temperatura como así fue al final.

Una vez puesto en la cola de salida decido llamar a Salva del cual sabia que habria madrugado mucho y que ya seguramente estaría en la cola fue imposible vernos en la salida y durante la prueba pero si al final de la misma donde nos hicimos unas fotitos y comentamos la etapa.

 Petardazo de salida y ha volar hacia Jaca todo iba de fabula buen ritmo buena temperatura y buena compañía me junte con unos chavales de Ávila del club a ritmito, buena gente …..pero el futuro inmediato me iba ha dar par pelo justo antes de las rampas mas duras de Somport  me empieza a doler mucho la barriga supongo que o bien mi enfermedad me estaba pasando factura por los nervios o bien por una mala asimilación de carbohidratos me estaba dando por el culo……… La cuestión es que intento ver un hueco para parar en el alcen pero los chavales de Ávila me indican que mejor aguante hasta la cima del puerto y que ahí intente evacuar para poder seguir viaje, y así lo hice espere a la cima y detrás de unos arbustos intente evacuar pero no podía solo tenia dolor mucho dolor paso por mi cabeza abandonar y volver para atrás hacia Sabiñanigo ya que estábamos al principio  quedaba lo mas duro, después de recapacitar pensé que había estado todo un año entrenando para por lo menos no intentar acabar y decidí seguir. Parecía que el dolor iba a menos y decidí ponerme las pilas para intentar recuperar el tiempo perdió dando toda la caña que podía  llegue a los pies del Marie Blanquee  y subí bien bastante bien pero después del avituallamiento del mismo puerto volvió el maldito dolor de nuevo aprovechando la parada  volví a intentar evacuar pero nada de nada solo dolor y algún gas vaya mierda…………..baje el puerto bastante desanimado maldiciendo mi suerte pero que se le hiba hacer por mi mente solo pasaba que no me doliera mas y me dejara por lo menos disfrutar de la pedalada y del entorno en el cual nos encontrábamos, parece ser que la diosa fortuna me toco con su barita mágica y en el comienzo del Portalet desaparecieron todo mis males, me encontraba fesco con las piernas enteras y fuerte físicamente aunque sicológicamente tocado pero puse ritmo y para arriba venga a pasar gente y mas gente hiba fino muy fino

Corone el puerto bien muy bien para abajo a toda pastilla llego a Hoz de jaca y sabia que ya a las alturas que estábamos tenia que darlo todo y así lo hice  al coronar parada para dar un toque a la parienta para que fuera posesionándose en línea de meta y para abajo sin tregua el descenso muy muy peligroso hubo algunas caídas que me dieron mucho miedo y hizo que levantara el pie un poquito pero solo un poquito ya que un vez cogimos la nacional dirección Sabiñanigo espere a un grupo y dando relevos hasta Sabiñanigo donde estaba mi parienta y mi niña esperándome  en la meta dándome un fuerte abrazo a las dos.

Buenos sacando lo positivo es que podía Haver abandonado pero no lo hice y el resultado final no ha estado tan mal plata 7:56  por unos minutos no he sacado oro pero las cosa aveces no salen como uno la planea.


La orografía de la etapa

El itinerario de la etapa

El Track en Wikiloc

Índice I.B.P. 241 (dureza extrema)
 
 
Las fotos:
 










César y Salvador durante su
participación en la QH '2012
 
 

domingo, 17 de junio de 2012

Salida del 17/06/2012: El Pi d'en Xandri, por Sant Medir y vuelta por la Torre Negra

Algunos de los participantes de esta salida
en la explanada de la Ermita de Sant Medir

Trayecto 423
17/06/2012

El Pi d'en Xandri
(por Sant Medir y vuelta por la Torre Negra)

Duración: desde las 8:00 a las 11:30 horas
Climatología: soleado; calor, aunque no sofocante
Terreno: seco, en buenas condiciones

Grupo:



 Los participantes de la salida, por orden: David, Jaume, 
Javier, Jorge, José-Ángel, José León, José Claudio,
JuanBa, Manuel, Pedro, Pedro León y Salvador

Incidencias:

No las ha habido; al menos reseñables; la etapa prevista para hoy era otra, la de los "5 picos", ideada por Manuel, pero parece ser que la noche anterior se empezó ya a barajar la posibilidad de modificar el recorrido, ya que una etapa de tan sólo 25 km y una altitud acumulada de más de 1.300 m no era para tomárselo a risa precisamente; por eso finalmente hemos ido improvisando, aunque eso no ha impedido que la etapa que hemos hecho haya resultado ser espectacular, como siempre; luego lo contaremos; a las 7:30 horas nos hemos encontrado en el Parque de las Palmeras, Javier, Jorge y Salvador, un servidor, encaminándonos rápidamente hacia el lugar de partida, que en esta ocasión era el merendero de la Salud de Sant Feliu; hemos llegado un poco antes de la hora prevista, haciéndolo unos minutos después quienes partían desde Sant Feliu; Pedro fue en esta ocasión el último en incorporarse; hemos empezado a subir la Salud a un ritmo cansino, un poco asustados por la calor que nos temíamos iba a hacer, aunque finalmente no ha sido para tanto; nos hemos mantenido agrupados en homenaje a nuestro querido amigo Miguel (ón), que muy pronto estará ya con todos nosotros tras haber superado con gran satisfacción su intervención de corazón.

Javier y Jorge esperando al resto de compañeros
en las proximidades del merendero de la Salud

Como al principio no llevábamos mucha prisa, nos hemos ido parando cada dos por tres, esperando a que fueran llegando los rezagados para irnos reagrupando, además de esperar a aquellos que iban sufriendo algunas pequeñas averías en sus monturas, que también los ha habido; nos íbamos moviendo casi por inercia, ya que nadie sabía muy bien a donde íbamos, aunque el terreno era de sobras conocido.





Aquí estamos en el Turó Rodó, aprovechando
la subida para reagruparnos una vez más

Como se aprecia en las fotografías, la mañana era excelente, y el terreno se encontraba en perfectas condiciones; daba gusto pedalear en un día así; el gozo era tal que a José Ángel, poco a poco, se le iban purificando los sentidos, y de forma muy especial el sentido del olfato, algo que ninguno de nosotros conocía, pero que muy pronto iba a quedar patente; nos hemos dirigido hacia el Pantano de ... Valvidrera (no confundir con el de Foix, al menos de momento), disfrutando como nunca del Sendero de la Pulmonía, que hoy no tenía ni una gota de humedad.





Aquí estamos llegando al Pantano de Vallvidera

A medida que iba transcurriendo el tiempo, se le iban entonando cada vez más los sentidos a José Ángel, sobre todo, como hemos dicho, el del olfato; casi de forma inexplicable podía oler a gran distancia el agradable aroma que desprendían las flores de los bonitos parajes por lo que íbamos pasando, e incluso reconocer su olor sin ni siquiera verlas; casi podía ir pedaleando a ciegas, guiándose simplemente con su olfato; era asombroso; insistimos que no sabíamos que José Ángel tuviera estas facultades, aunque ya sabemos que de nuestro amigo podemos esperarnos cualquier cosa ... buena ¿ehh?; pero la sorpresa más agradable con la que nos iba a deparar aún no había acontecido, aunque no quedaba mucho ... Nuestro siguiente destino era adentrarnos en la zona de la Budellera, cosa que hicimos un tanto asustados ante la posibilidad de que a Manuel y a Pedro les diera por coger una vez más el sendero trialero en infame subida del Turó dels Mussols; pero no; esta vez, para regocijo de todos los demás, hemos pasado de largo; ufffff!!!!




  Aquí podemos apreciar a algunos participantes con dirección
a la Budellera, tras cruzar a pie la carretera de la Planas

La ruta poco a poco iba cogiendo forma, ya que una vez en la Budellera, y tras llegar a Vista Rica, tras tomar la trialera de la Vinassa y la de las Raíces, tuvimos muy claro que íbamos a ir hacia Sant Medir primero, y el Pi d'en Xandri después; y eso fue lo que hicimos; debemos insistir en que daba gusto pedalear por estas zonas en un día espléndido como el que hemos tenido; JuanBa, Jaume y David se marcharon al llegar a la Ctra. del Tibidabo, tras bajar la trialera de la Vinassa, perdiéndose de esta forma la exhibición olfativa con la que pocos instantes después nos iba a obsequiar José Ángel; la bajada a Sant Medir por la trialera de costumbre fue especialmente placentera, llena de bíkers y personas paseando; tanta gente había, que a José Ángel se le terminaron por abrir ya de par en par sus fosas nasales, siendo capaz, por arte de birlibirloque, de oler no solo las margaritas y las amapolas, sino incluso los animales, a gran distancia, y de forma muy especial los conejos, que en esta época del año del año abundan por estos lares de una forma inusual; no se perdía uno; incluso se atrevía a diferenciar aquéllos que se habían dado un baño en esta bonita y calurosa mañana, de los que iban a pelo seco; nunca mejor dicho; ¡¡¡joder, qué facultades!!!; cuando llegamos a la explanada de Sant Medir, José Ángel, ante tal ramillete de olores, todos ellos agradables y fácilmente reconocibles por nuestro buen amigo, parecía casi ido; no sabía muy bien qué hacer; de buena gana se hubiera quedado en Sant Medir deleitándose con estos fabulosos aromas; pero no; nos habíamos propuesto terminar le etapa, y eso hicimos, dirigiéndonos hacia el Pi d'en Xandri, al que llegamos muy rápidamente; José Ángel un tanto embrabecido presa de su fino y peculiar olfato; desde aquí iniciamos ya el regreso por la bonita zona de la Torre Negra hasta enlazar con la zona de Can Bell y la bonita trialera del Coll dels Porters, por donde hacía ya bastante tiempo que no pasábamos, llegando así a La Floresta y poner rumbo a casa por la zona de Vallpineda y la Rierada ... con José Ángel mucho más calmado dada la inexistencia de más "cosas" que pudiera oler.

Datos técnicos:

Se trata de una etapa que hemos realizado varias veces, aunque por otros itinerarios, igual de bonitos que el de hoy; en esta ocasión hemos empezado en el merendero de la Salud de Sant Feliu de Llobregat, subiendo a continuación la propia Salud hasta el cruce de la Penya del Moro, por donde proseguiremos para dirigirnos al Coll de les Torres por la parte trasera, es decir, a través del Turó Rodó y el Turó de la Coscollera; continuaremos con dirección a la explanada de Can Cuiàs por la trialera paralela a la carretera de costumbre, para enfilarnos a continuación hacia el Pantano de Vallvidrera por el Sendero de la Pulmonía; desde el pantano pondremos rumbo a la Budellera por la pista principal que conduce al Coll del Gravat, aunque en esta ocasión, unos metros antes de llegar allí, nos desviaremos a la derecha para dirigirnos hacia el Coll de la Vinassa, bajando por la trialera de la Font de la Salamandra hasta enlazar con la carretera del Tibidabo, por la cual continuaremos durante breves instantes con dirección a Vista Rica, lugar al que llegaremos a través de la trialera de las Raíces; desde aquí seguiremos con dirección a Sant Medir bajando por la trialera larga de toda la vida; desde Sant Medir iremos a buscar el Pi d'en Xandri por la pista principal, pasando previamente por Can Borrell, y a continuación nos adentraremos en los bonitos senderos de la zona de la Torre Negra, tomando las acostumbrados trialeras que nos llevarán a la Rambla de Can Bell, llegando al cabo de unos minutos a la carretera de San Cugat (la Arrabasada), por la que continuaremos a la izquierda durante un centenar de metros hasta desviarnos para poner rumbo a la Colonia Badia, tomando rápidamente la trialera del Coll dels Porters hasta llegar a la estación de los FFGG de la Floresta, la cual nos permitirá llegar a la carretera de las Planas, que cruzaremos para dirigirnos a Vallpineda por la Casa Blava y la pista de gravilla, llegando así al puente de la Siberia, regresando ya a casa a través de la Rierada, por el camino de siempre, aunque un poco antes de llegar a Molins de Rei, tomaremos un bonito e inédito sendero que nos llevará a las inmediaciones del Centro Médico en el barrio de la Granja y el Terraplé, con lo cual pondremos fin a esta bonita etapa.

 La orografía de la etapa

No se trata de una etapa dura, ni mucho menos, sino muy agradable y muy bonita; lo más complicado, por decir algo, sería la subida de la Salud hasta el cruce de la Penya del Moro, el acceso al Coll de les Torres por la parte trasera y alguna rampa de la Budellera, aunque en general, se realiza sin ninguna dificultad.

El itinerario de la etapa

El track en Wikiloc

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